Holly One, una pequeña gran leyenda del porno-1
Curiosidades

Holly One, una pequeña gran leyenda del porno

La industria del porno es, para sorpresa de muchos, un sector mucho más inclusivo que el cine convencional. Tal vez por el sencillo hecho de que el porno se basa en satisfacer las fantasías de los espectadores, no en crearlas o en intentar canalizarlas en uno u otro sentido. Cada cual tiene sus propias preferencias, sus fantasías sexuales, que pueden ser muy diferentes a las que tenga el vecino o el compañero de trabajo. El trabajo del porno es cubrir todas esas posibilidades, y de ahí que haya actrices de todo tipo, y con una belleza para todos los gustos. Lo que a uno le puede poner y excitar deja frío a otro, que busca algo más alternativo. Es cierto que entre las más grandes estrellas del porno se ha marcado un patrón de chicas exuberantes, delgadas y con muchas curvas, pero eso también está cambiando en estos tiempos. Porque en el porno hay lugar para cualquiera, siempre que sea capaz de destilar pasión ante las cámaras.

El deseo se entiende de muchas formas diferentes, y la verdad es que sería un aburrimiento si a todos nos gustase lo mismo. Por eso han triunfado en el porno actrices y actores que se salen de la norma, con cuerpos no tan habituales. De hecho, existen categorías para este tipo de escenas, como las BBW, o las petite girls, chicas muy delgadas y bajitas que se deben “enfrentar” a imponentes sementales. El acercar el porno a esos cuerpos más reales, a los auténticos, en lugar de buscar chicas y chicos perfectos, es una manera de hacerlo más empático. Y eso abre muchas más puertas para el público, que se siente identificado igualmente con chicas que no son modelos ni chicos con miembros tan enormes. Lo más importante en un actor porno era saber aguantar la presión de rodar ante las cámaras, y entregarse por completo en el placer. Y en eso, Holly One era todo un maestro, aunque destacase especialmente por su físico. Un hombre bajito pero con una actitud arrolladora, que llegó a convertirse en una de las mayores estrellas del porno en Europa.  

El actor más bajito de la industria

Holly One fue, durante muchos años, el actor porno más pequeño del mundo. Con una estatura de 1,20 m, llegó incluso a entrar en el libro de los Record Guinnes por su trabajo como actor pornográfico. De hecho, rodo más de un centenar de películas durante algo más de una década, hasta su prematura muerte en 2006.

Aunque empezó en papales eminentemente cómicos, su desparpajo y su intensidad ante las cámaras le llevaron a rodar con algunos de los más grandes actores y actrices. Radicado en Barcelona, donde también actuaba en directo en la mítica sala Bagdag, Holly One era sin duda una de las estrellas más queridas de la industria. Un hombre culto, divertido y con un don de gentes brutal, que además sabía cómo dar caña en la cama. De hecho, el actor aseguraba que había estado con más de 1.000 mujeres, y no solo en el porno…  

Una carrera envidiable

Hablar de la carrera de Holly One en la industria es acercarse a una de las figuras más increíbles y destacadas, al menos dentro del porno europeo. Sus primeros pinitos los hizo en la sala Bagdag, donde realizó shows en directos durante más de una década, de la mano de Juani de Lucía. La jefa de aquel local buscaba a alguien con una apariencia poco común para conseguir un número diferente. Al toparse con Holly, lo tuvo muy claro: era amor a primera vista. En aquel momento, él trabajaba como gogó y relaciones públicas en algunas salas de Barcelona,  y ya había coqueteado con el desnudo y la interpretación. Al llegar a la sala Bagdag, Holly presenció por primera vez un show en directo. Esa misma noche aceptó la oferta de Juani para involucrarse en el espectáculo con su propio número. Los inicios no fueron sencillos, ya que a veces la presión le podía.

Sin embargo, Holly supo concentrarse y en poco tiempo se convirtió en una de las estrellas más grandes de aquella sala. Era habitual encontrarse estrellas del porno y directores por allí, así que el momento de Holly no tardaría en  llegar. Comenzó a rodar porno en Barcelona y pronto destacó por su físico y su desparpajo. Llegó a filmar junto a estrellas como Rocco Sifredi y Nacho Vidal. Apareció también en un divertido corto, Qué Glande Es El Cine, junto a la televisiva Daniela Blume. En los 90 también participó en numerosos programas de televisión, como Esta Noche Cruzamos el Mississippi o Crónicas Marcianas. También hizo sus pinitos en el cine comercial, en producciones como Faust o Love & Pain. Su desarrollo como actor porno fue, en realidad, lo más destacado y popular de su biografía.  

Su vida personal más allá del porno

Pero lejos de lo que la gente puede pensar sobre este tipo de estrellas, Holly no era un actor porno al uso. Le encantaba el sexo y disfrutaba más que nadie del placer ante las cámaras, o en vivo y en directo, pero también tenía otras inquietudes culturales. De hecho, había estudiado Arte Dramático, y era un ávido lector. Llegó por primera vez a España a mediados de los 80, concretamente a Ibiza, donde estuvo varios años como relaciones públicas y gogó. Aprovechando su baja estatura, llamaba la atención de todos, sacaba a bailar a las chicas, y según reconoce, tenía muchísimo éxito con ellas gracias precisamente a “ser diferente”.

En 1992 aterriza en Barcelona para seguir su carrera en varias salas y discotecas de la ciudad, y queda prendado del encanto barcelonés. Una vez instalado en la Ciudad Condal comenzó su trabajo en Bagdag, siempre con shows en directo, algo que no dejaría ni siquiera en su mejor etapa en el porno. Holly One reconocía que se sentía más cómodo en un escenario, con el calor de la gente y sus aplausos. Las escenas porno al final pueden resultar demasiado frías, con toda esa gente alrededor tratando de que todo salga perfecto. Su nombre se hizo muy popular en la Barcelona del cambio de siglo, y vivió muy feliz en la ciudad durante década y media. En 2005 decidió apartarse un poco del mundo del sexo en directo pero siguió trabajando en Bagdag, ahora como jefe de seguridad y relaciones públicas.

Un triste final

Por desgracia, la vida de Holly One se apagó en septiembre de 2006, cuando el intérprete tenía tan solo 40 años. Una enfermedad pulmonar le provocó un paro cardíaco irreversible. Pocas semanas antes había estado rodando su última escena, que sería estrenada de forma póstuma en el FICEB de aquel año.

Allí también se le reconoció como una de las mayores estrellas del porno español de los 2000, y sus compañeros le despidieron con un gran y cariñoso homenaje. Hoy por hoy, la leyenda de Holly One sigue más viva que nunca gracias a la gran cantidad de vídeos que se pueden encontrar en la red, con escenas protagonizadas por el actor.