El poder mental del minimalismo
Déjame contarte un poco sobre mí. Tengo 35 años, hombre, soltero, nunca he estado casado. Trabajo como editora en una editorial. Recientemente me mudé del barrio Nakameguro de Tokio, donde viví durante una década, a un barrio llamado Fudomae en otra parte de la ciudad. El alquiler es más barato, pero la mudanza acabó con mis ahorros. Algunos de ustedes pueden pensar que soy un perdedor: un adulto soltero sin mucho dinero. El viejo yo habría estado demasiado avergonzado para admitir todo esto. Estaba lleno de orgullo inútil. Pero honestamente, ya no me importan esas cosas. La razón es muy simple: Soy perfectamente feliz tal como soy.
¿La razón? Me deshice de la mayoría de mis posesiones materiales. El minimalismo es un estilo de vida en el que se reducen al mínimo las posesiones. Vivir sólo con lo esencial no sólo ha proporcionado beneficios superficiales como el placer de una habitación ordenada o la simple facilidad de limpieza, sino que también ha conducido a un cambio más fundamental. Me ha dado la oportunidad de pensar en lo que realmente significa ser feliz.